Artículo del tomo "Supergirl Trade Paperback" de 1998

Volar. De todas las cosas que hago, volar es mi favorita. Creo que muchos "héroes" la ven como una habilidad básica, pero es una que me hace sentir tan viva. De hecho, volar es lo único que me hace sentir de esa manera. Nada lo ha hecho y me pregunto si algo lo hará algún día.

¡Oh! por supuesto, estoy viva para todos los propósitos, camino, hablo, respiro, actúo como una persona viva, pero eso no es vivir, sólo existir. Yo existo. No tengo parientes de quien hablar, ni un pasado real distinto del momento en que llegué a la existencia. ¿Qué me ocurriría si muriera? ¿He tenido alma alguna vez? No tengo forma de saberlo.

Para mí la vida empezó (al menos por lo que yo recuerdo) como Lana Lang de Smallville, Kansas. No la Smallville de esta Tierra sino de una Tierra que era parte de un "universo de bolsillo" creado por una entidad conocida como Time Trapper. Mi Tierra no tenía héroes, excepto Superboy, que desapareció y se considera muerto. Y sin héroes para protegernos fue muy fácil para el General Zod, Faora y Quex-Ul, tres superseres del universo de Krypton que escaparon de su prisión que destruyeron todo y a todos de mi mundo.

El Lex Luthor de mi universo, un genio que es tan compasivo como desalmado el de esta Tierra, encontró una manera de darme superpoderes para luchar contra los supercriminales. Diferente de Superboy, mis poderes eran piscokinéticos por naturaleza, dándome gran fuerza y la capacidad de volar generando ráfagas mentales y campos de energía que impiden que se me detecte y también la capacidad de cambiar de forma a voluntad. Llevaba una variación del traje de Superboy como símbolo de unión de mi planeta pero no fue suficiente. Fue entonces cuando Lex me envió a esta Tierra con la esperanza de que podría conseguir la ayuda de Superman.

Superman destruyó a los supercriminales pero no antes de que destruyeran todo mi universo, a todo el mundo menos a mi. Fui herida de tanta gravedad al final de la batalla que mi cuerpo volvió a su forma original de protomateria que me permitía duplicar humaos hasta el nivel molecular. Antes de morir, Lex le reveló a Superman que Lana había sido asesinada por uno de los supercriminales por lo que creó una forma de vida artificial, yo, usando el código genético de la mujer muerta como una matriz de protomateria. Mirando hacia atrás comprendo que Lex intentó salvar la Tierra pero no puedo evitar estar enfadada con él porque podía necesitar el código genético de Lana pero yo no necesitaba sus recuerdos. Ahora lo único que hacen es sentir que no son míos.

Por supuesto, que en este momento, nada de esto me importa, mi mente ha sufrido mucho más que mi cuerpo y el trauma me ha dejado mentalmente como una "pizarra en blanco". Con mi mundo perdido, Superman me llevó de regreso al suyo confiándome a las dos personas que le educaron, Jonathan y Matha Kent.

Martha y Jonathan, Ma y Pa, son las personas más amables y cálidas que jamás he conocido y las amo con ternura. Sin importar lo que me ocurra sé que siempre me miran coo a su "Mae" (el diminutivo que me pusieron mientras me llamé Matrix) y que siempre tendré un lugar al que pertenezco. Sé que no se lo puse fácil especialmente porque mi mente tardó más que mi cuerpo en recuperarse.

Me hubiera gustado ser más lúcida entonces, quizás hubiera podido ayudar a Superman en su sentimiento de culpabilidad por haber eliminado a los supercriminales que destruyeron mi mundo. En vez de eso él se exilió en el espacio y me pidió que protegiera a Ma y Pa en su lugar, pero le malinterpreté y asumí su identidad de Clark Kent y me fui a Metropolis donde mi comportamiento debió de haber confundido a muchos de sus amigos y compañeros de trabajo del Daily Planet. Estoy contenta porque no hice demasiado daño y me divierte que cuando Clark regresó tuvo que estar convincente para explicarles que todo era el resultado de una amnesia parcial que había tenido. Si Clark no fuera una persona tan sincera, hubiera jurado que tenía habilidades de superhipnosis.

Mi crisis de identidad empeoró más cuando Clark regreso. Se trajo consigo el Eradicador Kryptoniano, las energías que crearon una unión entre Superman y yo, tan fuertes que llegué a creer que yo era Superman. El Eradicador me dio un sentido de indentidad que había perdido desde hacía mucho tiempo y justifiqué ese sentido protegiendo a Ma, a Pa y a Lana del Superman real. Cuando Clark finalmente me convenció de que les estaba poniendo en peligro me di cuenta de que tenía que dejar la Tierra igual que él había hecho y encontrar mis respuestas en otra parte.

Desafortunadamente, construir una vida para mi misma fue tan difícil en el espacio como lo fue en la Tierra, especialmente cuando yo (al igual que otros seres poderosos) quedamos controlados mentalmente por Brainiac. Este tenía su "Warworld" (Mundo Guerra), un mundo tecnológico lleno de armas y guerreros alienígenas y estaba planeando invadir la Tierra. Se necesitó un ejército de superhéroes guiados por Superman para liberarnos del poder mental de Brainiac y detener sus propósitos (Saga Panic in the Sky). La Tierra estaba a salvo una vez más y yo estaba muy contenta por eso pero tampoco pude evitar el sentirme frustrada por haber estado bajo la influencia de algo o de alguien de nuevo.

Cuando decidí intentarlo de nuevo en la Tierra parece que mi vida dio un giro a mejor. Llegué a estar románticamente prendida de Lex Luthor II, hijo del supuestamente muerto multibillonario/CEO de Lexcorp. Lex II me recordaba muchísimo al Lex Luthor I de mi universo de bolsillo y ciertamente mucho más que el que había conocido Superman, un hombre perverso, sin reglas, que sólo le importaba el control absoluto de Metropolis y de sus ciudadanos. Por primera ve en mucho tiempo Lex II me hizo sentir como... no sé, como si fuera alguien ya que sabía quien era y me amaba incondicionalmente y durante un tiempo eso fue suficiente para mi.

Naturalmente, Pa y Ma, Clark y Lois desconfiaban de Lex II creyendo que el fruto no podía cer muy lejos del árbol, pero yo le conocía mejor. Cuando Superman murió en su batalla con Doomsday fue Lex el que se adelantó para proteger a Metropolis. No podía ser un hombre tan malo como Superman me decía. Conocía a Lex II mejor que nadie y le amaba.

Entonces descubrí que estaba equivocada y le odie y me odie a mi misma por no haberme dado cuenta antes.

Al principio de nuestra relación Lex me hizo varias pruebas para decidir como funcionaban mis poderes, todo en beneficio de la humanidad, me dijo, y yo como una idiota le creí porque me había dicho que me amaba. Pronto descubrí que con esas pruebas estaba creando un ejército de clones de Supergirl que estarían todos bajo su control y ni que decir tiene que rápidamente puse un final a todo eso.

Podía haber asesinado a Lex cuando le encontré; casi lo hice, pero su cuerpo ya estaba haciendo el trabajo por mi. Superman y yo descubrimos que Lex II era el Luthor original cuyo cerebro habitaba un cuerpo clonado y que ahora estaba cayendo debido a la misteriosa plaga que sólo afectaba a los clones. Su sufrimiento casi le condujo a la destrucción de Metropolis pero cayó en un comoa del que hace poco que se está recuperando.

Desde entonces he estado trabajando para Elisabth Perske que, extrañamente, fue la tercera esposa de Lex Luthor. Ella llegó a ser como un mentor para mi en los últimos meses enseñándome el mundo y la manera en que a veces funciona. También pasé un breve tiempo con los Titanes, muy breve ya que se desbandaron después. Estas experiencias me han enseñado mucho acerca de la vida, a las que estoy agradecida pero aún siento que me falta algo, algo en lo que no puedo poner mi dedo, que no puedo tocar.

Por eso envidio a Clark algunas veces. Siendo Superman es lo que hace no quien es. Está satisfecho con eso y ahora mucho más que Lois conoce la verdad acerca de él. Y respecto a mi, debería de haber algo más que ser Supergirl, o Matrix o Mae.